EL DELITO DESCONOCIDO

El delito desconocido.

Analistas, estadísticos, expertos y comunidad científica han advertido, en numerosas ocasiones, lo engañoso de las estadísticas criminales, debido a los datos cuantitativos que arrojan sus cifras que lleva a erróneas interpretaciones, menospreciando un valor importante, el del DELITO DESCONOCIDO, esto es, LA CIFRA NEGRA. Un valor difícil de determinar pero que con un estudio amplio de encuestas y estadísticas podamos acercarnos a su magnitud. La cifra negra es importante, afecta a la credibilidad de los datos estadísticos, haciéndola más o menos creíbles por aproximación. Este fenómeno se dan en todas las estadística, pero en el campo de la criminología, su estudio es reservado y escaso, causando un vacio que bien se podría aprovechar para, al menos, revisar las politicas pública criminal de cuya fuente emana. Por todo ello, se merece un repaso los estudios del Delito Desconocido, realizado por Hans Von Hentig, Profesor de Criminología en la Universidad de Bonn, en los 80, por lo que tengo el honor de reproducir algunas de sus reflexiones en este artículo dedicado al EL DELITO DESCONOCIDO.

Así comentaba, que la imagen de los números estadísticos indiferenciados se enturbiaban todavía más, si la población susceptible de cometer un delito se presenta desplazamientos, como, por ejemplo, migraciones de toda especie, que alteran la relación existente entre los números obtenidos y la masa social, particularmente con las estructuras más importantes, la edad y sexo, otros valores que no se reflejan en las estadísticas, no se registran, o simplemente, están en otros tipos de registros administrativos. Tomados globalmente, proporcionan al conocimiento valores ficticios solamente. Con sus elevadas cifras encubren la evidencia con un velo. Y según la amplitud de oscilación de los factores que se apoyan, los bancos de niebla resultan más o menos densos.

Von Mayr habló hace ochenta años de una estadística criminal, tal como podría o debería ser. Llamó la atención sobre algunos retrocesos en la captación de datos: hace ya cien años, la antigua estadística criminal de Baviera registró con todo detalle los procedimientos sobreseido. Von Mayr subrayó, y con razón: “un asesinato comprobado, cuyo autor no ha podido ser encontrado, pesa desde el punto de vista estadístico-moral tanto como el asesinato cuyo autor ha sido condenado; incluso puede decirse que en el plano político-criminal el primer asesinato debe considerarse más grave todavía”

             Opina Exner, que mientras el aumento o disminución de la delincuencia se encuentre en el primer plano de los análisis y publicaciones, no es indiferente saber, si la parte numéricamente conocida, es representativa. Creemos descubrir en el alza y baja de la curva de la delincuencia el éxito o el fracaso de las medidas legales, judiciales o de otra naturaleza contra ella. Cuando aumentan los asesinatos y robos, exigimos, por ejemplo, mayor severidad en las penas o una actitud más dura en el juez. La medida cuantitativa resulta para la masa la forma más simple de conocimiento. Exige poco raciocinio. Pero hemos de estar de acuerdo con este gran sabio cuando escribe: “el gran problema de la estadística criminal está en el número de delitos desconocidos………”. Muchos delitos no se descubren, muchos de los descubiertos no se denuncian, muchos autores denunciados no pueden ser hallados o resulta imposible probar su culpabilidad, y más de alguno cuya culpabilidad es demostrable no es acusado o condenado. Así, la tensión existente resulta, en efecto, enorme como queda acreditado en algunos ejemplos que vamos a exponer:

Por ejemplo, aquellos datos sobre asesino en serie, que sólo se le contabiliza por aquellos que se relaciona jurídicamente, o aquellos casos de personas desconocidas, que no sabemos si están o no vivas, solo no aparecen. Sucedió después de la guerra franco-prusiana, a fines de 1872, Paris fue víctima de inundaciones catastróficas, que tuvieron extrañas consecuencias. Cuando se contemplaba la gran ciudad desde las colinas circundantes, parecía que flotaba sobre un gigantesco lago. Las aguas arrastraban consigo casas, que amenazaban destruir los pilares de los puentes. Troncos de árboles y rebaños enteros de animales muertos eran arrastrados por la corriente. Crímenes silenciados hablaron, pues cadáveres, que habían permanecido durante mucho tiempo en el fondo del río, fueron impulsados a la superficie.

En este año terrible, -escribe Claude sobre los muertos mutilados que el río arrojaba a la orilla-, vi parecer más de cien cadáveres; habían muertos esas personas a manos de asesinos desconocidos. Y el antiguo jefe de la policía, se pregunta: ¿cuántas víctimas yacen en tiempos tranquilos en el fondo de ambos ríos –habían hablado también del Támesis, donde en cinco años se encontraron 1800 cadáveres-mientras los asesinos continúan viviendo entre nosotros? No quedan registrados en ninguna estadística.

Otro claro ejemplo de cifra negra, es el caso conocido de Alphonse Gabriel Capone, mas conocido como Al Capone, nacido en Brooklyn, en Nueva York, 17 de enero de 1899, se le conoce como responsable  de forma directa o indirectamente de numerosos asesinatos, amenazas, coacciones, etc.,  pero el Sr. Capone, fue objeto de valor estadístico por evasión de impuestos, no por asesinatos o cualquier  otro delito que cometiera, este es un claro ejemplo de la Cifra Negra y el problema que tiene las estadísticas, que sólo se procesan por los delitos judiciales y no los reales, por lo que hay gran números de delitos que se comente y escapan de las estadísticas, realzando que la cifra negra es el problema de las estadísticas.

Otro ejemplo, son los acuerdos administrativos o judiciales que hace que el delito conocido sea el más ventajoso para el victimario, este es el caso de los informantes potenciales de la Policía que a conocimiento de la propia administración gubernamental actúa sin recibir el azote de la Ley, debido  a que los beneficios obtenidos por la administración son mayores que los de detener a su informante por sus delitos cometidos, este tipo de contrato no lo tiene en cuenta las estadísticas.

Delincuentes, médicos de instituciones penales y juristas coinciden en proporcionarnos una imagen de la realidad, que se refleja equívocamente en los números estadísticos. Así el doctor Berg, médico de prisiones con gran experiencia, escribe que criminales peligrosos pueden hacer negocios de canje con la acusación pública; y que a veces sucede que delincuentes que deberían ser condenados a largas pena de presidio, ni siquiera se encuentran allí. La excusa por parte de la Ley, para una costumbre que los delincuentes llaman copping the plea (algo así como agarrar la rebaja), consiste en negociar las imputaciones, canje que ahorra al Estado las costas de un proceso.

Ephraim Tutt, que trabajó en el ministerio fiscal, describe los métodos allí reinantes. La oferta se hace lo más atractiva posible, a un asesino que ha de contar con la silla eléctrica, se le ofrece una confesión por homicidio culposo; a un ladrón con escalo, que ha de contar con veinte años de presidio, se le ofrece la condena por allanamiento de morada. Un ladrón que había robado en una casa diamantes por valor 4.500 dólares fue visitado el día antes del proceso por el jefe de la policía, que le indujo a la devolución de lo robado. El criminal contestó “Estoy camino de Columbus para siete años. Con esto me he ganado los diamantes. Y luego pondré comenzar una nueva vida” El jefe de la policía replicó: “George, ¿de dónde sabe que le van a poner siete años? Si devuelve los diamantes, le prometo que no pondrán ni un día más de siete meses”. Al día siguiente y tras una reunión con fiscal, jefe policía y ladrón, devolvió los diamantes, se la acuso de una sola cosa robo por valor de 34 dolores, estos canje, existen, se presencia incluso en la vista previa entre los letrados, sobre todo en asuntos donde intervienen casas aseguradoras, llegándose incluso a retirar la acusación, no contabilizándose en estadísticas por no habar resoluciones jurídicas firmes.

Los robos en grandes almacenes por usuarios de los mismos, es otro claro ejemplo del calado de la delito desconocido, cuando son aprendidos por la seguridad de dichos establecimientos, en ocasiones, se resuelven dicho acto entre bambalinas, sin llegar a la denuncia, el ladrón solo se compromete a no volver a dichas instalaciones, todo ello para evitar victimizar el buen nombre del establecimiento o del Hotel entre otros.

Otros delitos que cuentan con una gran cifra negra, es el de violencia de género o abusos sexuales, que algunas veces, por razón del parentesco o la doble victimización que sufre la víctima o sentir la vergüenza que se sepa públicamente lo que ha sucedido, hace que dicho delito quede oculto a la vista de la Ley, resolviéndose mediante acuerdos entre familias, acallándolo con imposiciones dinerarias o algo similar, no llegando a contabilizarse como tal.

Otros claro ejemplo de la falta de credibilidad de las estadísticas criminales, es los delitos cometidos en centros asistenciales, penales o militares. La base de los cálculos está constituida en general por la población punible civil, por ejemple en la estadística criminal alemana se divide en adultos, adolescente y juveniles, algo similar por que en nuestro país y siempre recogidas de procedimientos judiciales, pero se obvia los administrativos o militares.

Al principio hemos hablado de la amnistía, que produce grandes vacíos en la masa numérica de las estadísticas. Cuando éstas presentan sus datos una vez al año, buscamos las categorías delictivas de importancia y comprobamos en las mismas su aumento o disminución. Esta forma de proceder de leer las estadísticas literalmente por apartados, nos hace cometer una gran error de lectura, porque las estadísticas es un valor mas entre otros que deberíamos contrastar así como encuestas organizativas, con ello procuramos minimizar el impacto demoledor del DELITO DESCONOCIDO.

 

 

Juan C Anillo

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